Arrodillándose a las flores amarillas
Habían tubos de plástico y sol era ardiente
El vino que bebimos era amargo y doloroso,
bebimos juntos y yo triste me corte la lengua
pero al escupir mi rabia al sol
el día se había oscurecido,
en un mar brillante mi mirada se plegaba de lagrimas.
Una antorcha de fuego, Tu decías vamos juntos a este cielo
y crucemos a la ciudad de la eterna poesía.
Pero mi lengua sangrado no podía pronunciar plegaria alguna
la arena estaba fresca,
era frió el mar y en el hielo se hundieron los barcos
y la brisa besó los labios sangrantes de un poeta mudo...
Pero el barco estaba cayendo y muriendo lejos
en su tripulación de ensueño la fantasía moría
¡oh no los amantes murieron!
¡orion esta muerto!
Pero ella no ve a los ángeles bajando
por que su pecado la ha segado
Girando todo su camino hacia abajo en la arena
Ella no ve mis labios líquidos de color carmesí,
aquellos que escupían el sol de rabia
Ella no ama el mismo Dios que yo,
¡ella esta muerta!
El beso fue dulce, agudo y frío,
Escupí como un niño mi saliva sangrante.
La roca era lisa, nos mantuvo suave la caída,
la playa explotó como la enfermedad.
El día pasado era oscuro,
Fue un sueño oscuro
un mar brillante, la antorcha encendida
Vamos a este cielo y de la ciudad de curación...
En donde la voz Eterna sanara mis labios torturados
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